¿Cómo vivimos nuestra misión como Hogares-Amigos?
Colaboración en la misión de los Apóstoles del Amor como pareja
Leemos y recibimos nuestro Directorio como nuestra regla de vida en el hogar, de padres.
En esta lectura es seguro para todos nosotros que todo está presente para ayudarnos en nuestra vida matrimonial hacia la santidad, por eso nos comprometemos con la Familia Misionera de Nuestra Señora.
También es un gran apoyo en nuestro papel de padres y en nuestra misión de educación, en nuestros compromisos en las parroquias, en la vida asociativa y profesional.
Desde el primer capítulo, el Padre estableció lo esencial: Dios es el Creador de la familia, quiso la familia con un plan muy preciso y la gracia sacramental que nos ha dado. Y aquí la instrucción es clara: obediencia a Dios y a la Iglesia.
Luego está la vida familiar: en la obediencia a Dios y a la Iglesia, está la indisolubilidad del matrimonio, el deber de colaborar con Dios en el don de la vida y el respeto a la vida. Nuestra primera misión es la educación de nuestros hijos, de los que somos los principales responsables. El Directorio nos dice bien que esta educación debe darse en total unidad entre nosotros los padres, debemos buscar siempre ser "uno en todas las cosas".
Queremos vivir y contribuir a la construcción del nuevo Pentecostés del Amor.
Queremos vivir y contribuir a la construcción de la Nueva Evangelización.