La espiritualidad de la Familia Domini

Un nuevo carisma profundamente enraizado en la tradición

« ! Lo que necesitamos es una familia ! » Madre Marie-Augusta

Continuando con la gran tradición monástica y religiosa de la Iglesia, la Familia Misionera de Nuestra Señora desea responder a los llamados del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María.

 Creados por Dios para ser santos ; y consagrados a Él por el Bautismo, habiendo escuchado,  habiendo escuchado el llamado del Espíritu  de dejarlo todo para consagrarse totalmente al servicio del Esposo divino, los miembros de la comunidad siguen la búsqueda de la perfección de la caridad queriendo vivir con determinación el Evangelio  y ponerse al servicio de la Iglesia a través del carisma propio al instituto.

Encarnar el espiritu de la Familia de la Sagrada Familia

La particularidad de nuestra comunidad es el de ser una Familia espiritual a la imagen de la Sagrada Familia de Nazareth : la Familia « Domini » (del Señor ) conducida por un Padre y una Madre, educadores espirituales, consagrados, que educan juntos, en el “nunca el uno sin el otro “, hermanos y hermanas

Formamos una sola familia, sin una vida mixta, pero en colaboración en apostolado y en la liturgia común.  

Educar los corazones a semajanza del corazon de Jesus y de Maria 

En esta  educación recibida en la complementariedad de carismas del Padre y de la Madre, los miembros de la comunidad dan testimonio a su vez en el apostolado, convirtiéndose en educadores para ayudar a las personas a pasar del  «  hombre  viejo» marcado por el pecado a un hombre nuevo, en camino hacia la santidad, es decir haciéndose semejante a Jesús, nuestro modelo divino, y el de nuestra Señora.

Esta obra de educación perseverante se vive de forma concreta a través de la formación a la oración, por las enseñanzas  y  por la en la educación al combate espiritual en el desarrollo cotidiano de virtudes.

Vivir la espiritualidad de la cordée

Los miembros de la comunidad viven la espiritualidad de la cordee : « encordados »

Siguiendo a Nuestra Señora de las Nieves, en el apoyo mutuo y el espíritu de familia, hacia una ascensión espiritual y la búsqueda de la perfección de la caridad.

El lema que nuestro Padre Fundador dio a nuestra familia: "Ut Sint Unum" ("Que sean uno") subraya la importancia del amor, el apoyo fraterno y la caridad sobrenatural para la unión de los corazones 

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Profesar los consejos evangélicos de la vida religiosa

Cada miembro se entrega totalmente al Amor a través de la profesión de los consejos evangélicos, siguiendo a Nuestro Señor:

  • Pobreza: en total dependencia de la Divina Providencia para todas nuestras necesidades materiales y espirituales. Nuestros fundadores,, le Père Lucien-Marie et Mère Marie-Augusta escucharon la llamada a vivir la pobreza a través de una dependencia radical de la comunidad en la divina Providencia. Por lo tanto, deseaban que, en forma habitual, no cobráramos cuota de acogida en nuestros hogares, para permitir que todos puedan así participar. Dando prioridad al apostolado, no tenemos ni tiendas ni producciones. La acción providencial de Dios se manifiesta a través de los amigos y benefactores cuyas intenciones confiamos cada noche a Nuestra Señora de las Nieves, y esta solicitud de la Providencia requiere a cambio una gran fidelidad al espíritu religioso.
  • Castidad: para dirigir y ayudar a dirigir la hermosa "batalla olímpica de la pureza" del cuerpo y el alma. La túnica blanca que reciben los profesos en el momento de sus votos perpetuos recuerda su consagración al Inmaculado Corazón de María, la fuente de toda pureza.
  • Obediencia: confianza y amor en un completo desapego de uno mismo y abandono a la voluntad de Dios.

Desarrollar la unión con Dios

"Lo que hace un apóstol del amor es ante todo su intensa actividad interior, mucho más que su actividad exterior..."

Mère Marie-Augusta

Esta frase de Madre Marie Augusta, nuestra fundadora, nos hace comprender que la fecundidad del apostolado depende del desarrollo de la vida interior del apóstol.

Por eso nuestro fundador insistió en que la liturgia ocupara el lugar central en nuestros días. Por lo tanto, cada día, está puntuado por la misa, el Oficio Divino cantado en común, la meditación y la oración, la adoración del Santísimo Sacramento, el rosario y los tiempos diarios de silencio.

 

¿ Qué quiere hacer ?